Yo jugando al fútbol se me olvidó el balón. Y después, nos dimos cuenta que faltaba el balón (ya estando en casa). Nadie quería recorrer el camino. Al final, nos dimos cuenta de que la pelota no estaba ¡Nos la habían robado! Lo peor: Nos encontramos al ladrón (amigo de lo ajeno) en la calle con el balón. CONCLUSIÓN: Latinoámerica es peligorsa :)